Ser madre o padre de un niño o niña con TDAH/TDA. El diagnóstico de TDAH

EL RETO NO ES TU HIJO CON TDAH, EL RETO ES CÓMO ENCAJAR SU ESTILO CEREBRAL EN TU VIDA. DIAGNOSTICO DE TDAH/TDA

Mucho se habla de cómo manejar a un niño con TDAH. Poco se habla de cómo manejar lo que despierta en ti. El desafío no está fuera, está dentro.


El microduelo del diagnóstico

Cuando a un hijo le diagnostican TDAH, muchos padres y madres sentimos un terremoto emocional. Aparecen la confusión, la frustración e incluso un microduelo: por lo que no encaja, por las expectativas que se rompen, por el miedo a su desarrollo.

Es normal sentirlo, porque de repente nos cambian el mapa. Pero no se trata de “etiquetas” ni de diferencias: se trata de estilos cerebrales distintos. Ese nuevo mapa puede doler, pero también abre caminos inesperados y llenos de posibilidades.  PUEDES CONSULAR SI QUIERES UNA VALORACION

Terapia Infantil


El TDAH como gimnasio emocional

El TDAH no solo pone a prueba a tu hijo, también te convierte a ti en aprendiz. Es un gimnasio emocional que te entrena en paciencia, creatividad y resiliencia.

Sí, es agotador, pero también es una oportunidad para crecer como madre o padre, para cuestionarte tus propios recursos y para aprender a mirar el mundo con otros ojos.


Terapias: más allá de “normalizar”

Cuando recibes un diagnóstico, parece que se abre una maratón de consultas, especialistas y consejos. Y claro, las terapias funcionan… pero no cuando el objetivo es “normalizar” o “cambiar” a tu hijo.

Funcionan cuando se sostienen desde la comprensión y la sensibilidad, cuando se adaptan a tu estilo educativo, a tu realidad familiar, a tus tiempos y a los de tu hijo.


El papel de la medicación

Uno de los mayores miedos aparece al escuchar la palabra “medicación”. Muchos padres se resisten, y es comprensible. Pero conviene recordar que la medicación no lo resuelve todo: solo da un empujón.

La terapia cobra sentido cuando, además de la medicación (si es necesaria), se trabaja en:


Miedos y límites de los padres

El TDAH pone a prueba tus límites: tu tolerancia al caos, a la frustración y a lo inesperado. Y despierta miedos profundos: miedo a que no encaje, a que sufra, a que se quede atrás.

La clave está en que esos miedos no dirijan el camino. Tu hijo no necesita que repares lo que “no encaja”, sino que descubras cómo encajar junto a él un mundo de oportunidades, energía y creatividad.


Conclusión: acompañar desde dentro

El TDAH no es una batalla contra tu hijo, ni una carrera por normalizarlo. Es una invitación a mirar hacia dentro, a transformarte y a crecer junto a él.

No se trata de reparar lo que no encaja, sino de descubrir cómo encajar un mundo lleno de creatividad, resiliencia y oportunidades.


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